"En mi juventud había dibujado mucho, pero nunca me había enfrentado a la pintura. Cuando era pequeño mi familia se trasladó de Nerva a Sant-Étienne para trabajar en las minas de carbón y allí viví hasta que tuve que volver a España a cumplir el servicio militar. Durante todos esos años nunca me preocupé del arte, a pesar de ser algo que me impresionaba profundamente. Pero es que yo, de pequeño, también trabajaba en las minas, y pensaba que el arte era para la gente culta. Un artista era para mí una especie de Dios y jamás hubiera pensado que las cosas se aprenden."
Dos imágenes de la colonia minera de la ciudad de Saint-Étienne, en Francia, a donde emigró la familia de Manuel en busca de trabajo en 1923, cuando él tenía tres años. Allí asistiría a la escuela hasta los 10 años, dejándola para empezar a trabajar de recadista en un almacén primero, en una fábrica textil después y, en 1937 y hasta 1941, en las minas de carbón.
"Cuando volví a España me instalé en Sabadell, donde ya vivía mi hermana, y encontré trabajo en una fábrica de lana. Un día se me ocurrió utilizar los restos de lana teñida para hacer un cuadro. Solía haber unos montones de lana de colores hermosísimos, así que pedí permiso para llevarme un poco. Tuvo mucho éxito, y esto propició que me pidieran más, llegando a convertirse en dos exposiciones que, aunque terminaron de una manera un tanto turbia, me animaron a dar el salto a los pinceles."
Muestra de un textil, con la lana en montones junto a las máquinas. Ese fue el primer material pictórico de Manuel.
"Flores y jarrón chino", 1943. Lanas de colores. 58,5x72cm. Colección Gremi de Fabricants, Sabadell.
"Pienso que, como todo el mundo, mis principios fueron muy torpes, pero hechos con una gran ilusión. Lo intenté todo. Cuando me di cuenta que no era suficiente copiar comencé a probar multitud de cosas, buscando continuamente. En Barcelona había visto el románico en el Museo Nacional y pensé que podía inspirarme en él, trasladado a la actualidad. Más tarde descubriría que Rouault ya lo había intentado. Tras esta idea fuí descubriendo lo que era el impresionismo, el expresionismo... que fueron la base de mis primeros pasos. En el 49 estaba trabajando sobre le paisaje, pero con un estilo muy ingenuo. Recuerdo algunos cuadros que hice que me gustaron mucho. Pero no era suficiente. Después de ver la exposición de Miró tomé la determinación de marcharme a aquel lugar donde yo pensaba que podría llegar a comprender en profundidad: París."
"San francisco", 1952. Óleo sobre tela, 92x73cm. Colección particular, Sabadell.
Sin título, 1952. Gouache sobre papel. Paradero desconocido.
"Villacasas era el único pintor amigo mío que se había marchado a París. Como me había forjado la idea de ir allí para estudiar más y penetrar en todo esto, pensé que quizá él me podría orientar. Así que le escribí y él me contestó una carta diciéndome que “...si no tenía miedo a ganarme el pan con el sudor de mi frente, que fuera...”"
En la fotografía de la izquierda, Clavé, Oliver, Vilacasas y Duque, entre otros.
En la fotografía de la derecha, Manuel ya en París.
"Al llegar a París en 1954 dejé un poco la pintura. Ya no me interesaba hacer el expresionismo de mis últimos años en Sabadell, pero al mismo tiempo era incapaz de hacer arte abstracto, no sabía. Pinté alguna cosa con influencia de Miró, introduciendo cosas que iba conociendo poco a poco, hasta que lo dejé y rompí todos esos cuadros, ya que, en el fondo, no era capaz de penetrar en ello. Era imposible para mí entrar en un mundo que no comprendía y aceptarlo. Necesitaba un tiempo para aprender. Y tuve que destruir muchas cosas dentro de mí mismo. Además me ocurría otra cosa, y es que yo era bastante inventivo, lo que me impedía profundizar. La invención servía para construir y yo no tenía que construir sino que debía buscar un camino."
En la fotografía de la izquierda, en 1954, en su taller de Sabadell, justo antes de marcharse a París.
En la fotografía de la derecha, en un café de Saint-Germain, en 1955. En ella aparecen el músico Blancafort
y el escritor Luis Goytisolo.
y el escritor Luis Goytisolo.
"Después de reflexionar muchísimo sobre la evolución del arte, me fui formando una visión general que me ayudó a comenzar mi pintura. Al llegar a París había intentado ponerme a la moda, como se dice vulgarmente, ponerme al corriente. Pero si yo permanecía en ese camino, tendría que seguir toda la evolución de lo que he llamado academicismo. Llegué incluso a cuestionarme si tenía yo derecho a interrumpir el ciclo realista. Pero la palabra “moderno” era ya para mí un academicismo y por lo tanto no era capaz de aportarme nada nuevo. Por eso me negué a seguir los pasos de la escuela de París. Lo que yo quería realmente era encontrar unos valores nuevos y para ello me tenía que cristalizar en lo desconocido."
Manuel Duque
(extracto de Entrevista con Maite Barrio)
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