Recientemente, y por azar, mi sobrino Martín, de dos añitos, hizo un dibujo precioso, increiblemente próximo a una tiza de Manuel que tengo en casa para cambiarle el cristal al marco. Por supuesto Martín no ha visto nunca el cuadro de Manuel, pero no sólo hay una cercanía cromática -¡es que son los mismos colores!-, sino incluso morfológica. Esto último tan solo puedo explicármelo debido a la insistencia de Manuel en trabajar desde una ergonomía del gesto, al buscar la máxima naturalidad, la sencillez primigenia en el acto de pintar. Mi sobrino, obviamente sin saberlo, hacía lo mismo, pintar tal cual le sale, sin miramientos, sin preparación, sin cálculo, dejándose llevar por el acto/resultado (que serían la misma cosa) de pintar.
Martín Segurado, sin título, 2011
Manuel Duque, sin título, probablemente 1972
Sin embargo, entre ambos dibujos hay una diferencia que no se puede obviar: la estructura. Mientras que el dibujo de Martín carece de una estructura definida, la de Manuel se articula desde una base naturalista, en este caso el estudio de un follaje. Probablemente este cuadro, que está sin fechar, fue pintado junto con otras tizas similares que datan de 1972, ya que en el periodo comprendido entre 1972 y 1978 únicamente trabajó este motivo.
Manuel Duque, sin título, 1972
Manuel Duque, sin título, 1972
Manuel comenzó a estructurar su pintura sobre una base figurativa al menos en 1962, como ya expliqué en otra entrada de este mismo blog (1), y merece la pena traer a comparación aquellos cuadros de la vanguardia moderna que condujeron al proceso inverso: eliminar el naturalismo y dar acceso a la abstracción. Por razones de conveniencia, voy a a utilizar en primer lugar uno de los cuadros de Bañistas de Cezanne, junto a un grafismo de Manuel que, de forma muy divertida, tiene una estructura muy parecida. Aunque no tiene título, lo llamaré también "las bañistas", esta vez de Manuel Duque.
Paul Cezanne, Les Grandes Baigneuses, 1899
Manuel Duque, sin título, 1962
El otro cuadro que utilizaré es un árbol de Piet Mondrian, ahora ya, trabajando para superar definitivamente el modelo.
Piet Mondrian, árbol en flor, 1912
Manuel Duque, sin título, 1962
Es verdad que estoy recurriendo a aquellas tendencias de raíz constructiva, y que van de Cezanne al Neoplasticismo con su lugar central en el Cubismo. Y es porque quiero señalar una distancia. Si bien es cierto que en la pintura de Manuel también hay una raíz constructiva, un ejercicio de disciplina incontestable en el desarrollo de una técnica, también es cierto que ésta está siempre al servicio de algo que late antes y que va más allá del mismo hecho pictórico, y que reside en el alma misma del pintor. La técnica de Manuel es una herramienta de naturaleza lírica, y la emoción pictórica cristalizada es el vehículo, el camino, por el que el fuego de lo innombrable se abre paso. Y aquí, de nuevo, tenemos que mirarnos en el espejo que Martín, mi sobrino, nos brindaba con su involuntariamente hermoso dibujo.
(1) De garabatos y monigotes
javier segurado
(1) De garabatos y monigotes
javier segurado
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