Desde el punto de vista de la actividad artística, la estancia de Manuel en París está muy ligada a su relación con dos personas. Una es el crítico de arte Julien Alvard. La otra es la galerista Denise Breteau.
Directamente de la mano de Julien Alvard participó en varias exposiciones. Al menos, que yo tenga noticia:
“Le vide et l’obscurité”, en la Galerie Kléber, París, (13 de mayo-2 de junio 1958), junto a Benrath, Degottex, Duvillier, Fautrier, Mathieu, Michaux, Tobey y otros.
“Manuel Duque”, por primera vez en solitario, en la Galerie Breteau, París, (24 de marzo-20 de abril 1959), y con gran éxito de público. El guitarrista Pedro Soler ofreció un recital en la galería. En realidad, aquí Alvard sólo escribió el texto del folleto a petición de Manuel.
“Yann”, Galerie Breteau, París, (29 de mayo-10 de junio. 1959), junto a Benrath, Duvillier y Lerin,con cuatro obras cada uno. Yvonne Hagen y John Ahsbery reconocen su obra, y Georges Salles, director de los Museos de Francia, y James Sweeney, director del Guggenheim, le felicitan. En casa de Georges Salles fue donde conoció a Giacometti.
“Peintures françaises contemporaines”, Association Française d’Action Artistique, Gobierno Francés, (octubre- marzo de 1960) Invitado por el Gobierno Francés a través de la Association Française d’Action Artistique para participar en esta muestra comisariada por François Mathey, que se expuso en Alemania y Austria.
“Antagonismes”, Musée des Arts Décoratifs, Palais du Louvre-Pavillon de Marsan, París, (febrero de 1960), organizada por François Mathey y Alvard. Los cuadros de Duque Vuelo de gritos verdes y En la sombra está quejándose el misterio son expuestos al lado de los de Sam Francis, Rothko, Messagier y otros reconocidos artistas.
Directamente de la mano de Julien Alvard participó en varias exposiciones. Al menos, que yo tenga noticia:
“Le vide et l’obscurité”, en la Galerie Kléber, París, (13 de mayo-2 de junio 1958), junto a Benrath, Degottex, Duvillier, Fautrier, Mathieu, Michaux, Tobey y otros.
“Manuel Duque”, por primera vez en solitario, en la Galerie Breteau, París, (24 de marzo-20 de abril 1959), y con gran éxito de público. El guitarrista Pedro Soler ofreció un recital en la galería. En realidad, aquí Alvard sólo escribió el texto del folleto a petición de Manuel.
“Yann”, Galerie Breteau, París, (29 de mayo-10 de junio. 1959), junto a Benrath, Duvillier y Lerin,con cuatro obras cada uno. Yvonne Hagen y John Ahsbery reconocen su obra, y Georges Salles, director de los Museos de Francia, y James Sweeney, director del Guggenheim, le felicitan. En casa de Georges Salles fue donde conoció a Giacometti.
“Peintures françaises contemporaines”, Association Française d’Action Artistique, Gobierno Francés, (octubre- marzo de 1960) Invitado por el Gobierno Francés a través de la Association Française d’Action Artistique para participar en esta muestra comisariada por François Mathey, que se expuso en Alemania y Austria.
“Antagonismes”, Musée des Arts Décoratifs, Palais du Louvre-Pavillon de Marsan, París, (febrero de 1960), organizada por François Mathey y Alvard. Los cuadros de Duque Vuelo de gritos verdes y En la sombra está quejándose el misterio son expuestos al lado de los de Sam Francis, Rothko, Messagier y otros reconocidos artistas.
Julien Alvard, cuyo verdadero nombre fue Emmanuel de Chapelain (1916-1974), había elaborado un discurso poético de corte oriental, marcadamente panteísta, influido por la filosofía Zen, tan en boga en esos años en los círculos artísticos. Es en ese sentido que se interesó tanto por el clarooscuro de Duque.
Bajo su impulso se formó el movimiento del "Nuagisme", integrado por los pintores Frédéric Benrath, René Duvillier, Fernando Lerin y el propio Duque. Después aparecieron otros, como Nasser Assar o René Laubies, pero para entonces Duque ya se había distanciado de ellos. Manuel, en realidad, no tenía un verdadero interés en la pseudofilosofía de Alvard, pero vio en este movimiento una oportunidad para dar a conocer su pintura. Había una cercanía, absolutamente superficial, en la línea plástica del grupo y Duque pensó que podría hacer algo entre ellos. Pero el impulso protagonista que él quiso tener se vió a menudo truncado por los demás. Finalmente dejó de tener sentido seguir con ellos.
Manuel elaboró un juego de palabras para hablar de este periodo. Cuando alguien le preguntaba qué estaba haciendo, él solía responder "Je suis dans les nuages", estoy en las nubes.
Sin embargo, poco le duraron estas nubes, porque Manuel ya había comenzado a dar un paso decisivo en su trayectoria, había abierto la puerta a la inclusión de elementos que, precisamente, lo que hacían era llenar ese vacío que Alvard alabó. Pero esas obras, lógicamente, a Julien Alvard no le interesaron en absoluto.
*Las pinturas sólo pretenden ilustrar el concepto de vacío que le pudo interesar a Alvard. Casi con toda seguridad no fueron niguna de las utilizadas en las muestras.
javier segurado
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