"La exposición “la leyenda Dorada” se compuso de 17 telas y dibujos. Unas treinta en total. Pero es que nadie, nadie aceptó aquella exposición. Bueno, era muy difícil, porque volver a una figuración en una galería que era la vanguardia era muy contestatario. Fue como un sacrilegio".
Inauguración de la exposición, 23 de abril de 1963 A la derecha, Julien Alvard, Manuel Duque y Denisse Breteau. Galerie Breteau, París. |
"Mi interés con el clarooscuro y con el grafismo no era todavía afirmar la figuración. Fue con la “Leyenda Dorada” que yo introduje la figuración. ¿Por qué la Leyenda Dorada? Necesitaba introducir en mi pintura un tema, el tema. Hasta ahora había hecho una pintura totalmente abstracta, es decir, con evocación solamente, y ahora tenía que introducir el tema. Pero claro, el tema no me tenía que llevar a ponerme a pintar delante del modelo. Sin embargo necesitaba un modelo para introducir mi pintura, y la verdad es que lo primero que hice fue pensarlo muy bien, por que para mi era imposible ponerme delante de un modelo y pintarlo, por que esto sería retroceder cien por cien y mi intención no era retroceder, era rehabilitar la pintura. Y no iba a conseguirlo por medio de unos temas.
Ahí tuve que emplear un poco la cabeza y al mismo tiempo la emoción. Pero como introducir el tema no debía consistir en ponerme delante de la naturaleza y copiar lo que yo veía, o ponerme delante de un modelo y copiar... Me era muy difícil entender qué camino seguir, por que tampoco se trataba de transcribir lo que yo veía, que es lo que piensa la gente que es la figuración. Yo, si he vuelto a una figuración, no es desde una reproducción. He vuelto a un sujeto. El sujeto puede ser figuración, pero no es copia, no es descripción de otra cosa que está ahí fuera. Es lo que yo llamo tema, y que yo entiendo que es lo mismo. Yo tengo que entender el tema en mi manera de evocar. Yo pienso que yo no transcribo, si no que evoco, que no es lo mismo. Evocar no es lo mimo que copiar.
Yo no me quería convertir, por ejemplo, en un Antonio Lopez, que lo que hace siempre es dejar sus ojos sin tomar su alma... Y si a veces pone su alma es por que no se ha sabido contener. Yo no podía ponerme a describir la naturaleza, como los simples de los realistas, que es lo más tonto. Ya ha quedado claro que no nos hace falta: tenemos aparatos de fotos para describirlo mucho mejor de lo que puede hacer un hombre.
Si elegí la Leyenda Dorada como tema es por que me quise distanciar de lo que yo llamo realismo. Pensé en los griegos, que habían inventado la literatura a través de la vida, y esta literatura se había cristalizado a través de una palabra: el mito.
La mitología no tenía definición, sino al contrario, era aquello que quedaba como un sueño. Para mí la mitología es una de las primeras realidades que tenemos, que es una realidad metafísica, no es objetiva, es una realidad totalmente intelectual. La mitología es alguna cosa que queda de lo real, pero al lado de nuestra realidad. Bueno, es más un ideal que una realidad. Y eso me era muy útil. En lugar de acercarme a la naturaleza me acerqué a mi concepción, es decir, a mi intelecto si quieres. Tomé la mitología como base para hacer una pintura. No tomar mi pintura para hacer una mitología. Era un pretexto".
Cartel original de la Exposición de 1963
portada del libro de Manuel de "La Légende dorée"
portada del libro de Manuel de "La Légende dorée"
"Tomé la mitología griega, que es la más clásica y la más inmoral. Recurrí a un libro que se titulaba la Leyenda Dorada. No cambié nada. Hasta incluso copié la portada. Pero claro, añadí algo más, le puse: “ou le retour a une literature picturale”.
Que por cierto no lo entendieron, por que cuando la gente vieron la exposición, a algunos les gustó, y me decían, “pero su pintura no es literaria”. Y yo respondía “pero tampoco he dicho que lo fuera, no he hecho “une peinture litterarie” sino que me he inspirado en la literatura para hacer pintura”. No pintura para hacer literatura sino “une litterature picturale”. No se trataba de ilustrar la Leyenda Dorada sino que mi propósito siempre era rehabilitar la pintura, darle importancia a todo lo que se puede llamar pintura, a todo lo que comporta los valores pictóricos".
La chute d´Icare, 1963, Manuel Duque
Le char d´Apollon, 1963, Manuel Duque
Le char d´Apollon, 1963, Manuel Duque
"Los episodios que elegí de la Leyenda Dorada eran los que en aquel momento había leído, y que me pasaban por la cabeza. Los títulos son frases del libro. Yo no quería que los pusieran. Los puse cuando Mme Breteau hacía las fotos y ponía detrás los títulos. Yo no quería que Mme Breteau me pusiera a decir “éste es tal y éste es...” pero ella no lo entendió. Uno por ejemplo, la caída de Icaro, al margen de que me inspirara en la caída de Icaro, no he querido hacer a Icaro cayendo, sino que me he inspirado en ese hecho. Así que yo no podía poner “la caída de Icaro” sin llevar a equívoco de qué era lo importante. Es que esto mismo me ayudaba para... Es que la exposición tenía ese otro sentido que la gente no llegó a ver: el tema era un motivo pictórico".
"Había cuadros totalmente pintados como si yo fuera un primitivo. Incluso hubo telas en donde yo recurrí al collage. Bueno, la gente me decía que se parecía un poco a Picasso. Sí, si tu quieres. Pero no. Lo que pasa es que cogía el dibujo de un tema de Poussin, el otro de van Dick... pero copiando, eh!. Aunque solamente en un dibujo de línea, como si lo había abocetado. Hice un carro de Poussin, como inacabado, y es que tenía una intención muy diferente, buscaba muchos blancos en la tela, la cosa lineal, gráfica, hombre, era muy artificioso... Es que lo que yo quería era volver de nuevo a un tema, pero pintando diferente".
Diana y Endimion, 1630, Nicolas Poussin
La bacanal, 1519, Tiziano
"Otro era un cuadro donde jugué con todo el fondo, muy bonito, un cuadro muy abstracto muy parecido a lo que haría años después... En mis cuadros de la leyenda dorada, si quitas la figura, el cuadro se ve pictóricamente, esto es, la figura no tiene importancia. Se trata de cómo lo he pintado, bueno, sobre todo es la intención de volver al sujeto".
"Después hice otro con bastante materia pictórica. Y más cosas. Es decir, que cada cuadro tenía un aspecto diferente pictóricamente hablando, no eran solamente una ilustración de la leyenda dorada. Y no todo eran óleos. Dos dibujos eran ceras de color, pequeños.
¿Por qué cogí figuras de grandes pintores para incorporarlas a algunas telas de la leyenda dorada? Para tener alguna alusión a la obra de los maestros, es decir, para que tuvieran referencias a la historia del arte, aunque solamente fuera una simple alusión. Rehabilitar la pintura no quiere decir que haya que volver al pasado, por que claro, yo no quiero decir con estas exposiciones que hay que volver de nuevo a Rafael y todo esto. Eso es imposible. Lo que yo quería aportar era (el tema como esqueleto, como estructura del cuadro)".
Manuel Duque
(extracto de Entrevista con Maite Barrio)
(extracto de Entrevista con Maite Barrio)
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